A veces, ante una situación que nos produce estrés, nervios o incertidumbre, hablamos de más. Así, nos invade una especie de verborrea, que hace que tengamos la necesidad de llenar los silencios, aunque no sea necesario.
¿Quién no recuerda a simpáticos personales de los 2000, como Bridget Jones, hablando sin parar ante situaciones peligrosas o comprometidas? Eso se debe que ante ciertas circunstancias, llenar el silencio nos da la sensación de estar controlando la situación. Pero no siempre es así.
“¿Estás seguro de que no hablás de más en tus entrevistas de trabajo?”: bajo esta premisa, Liz Guarneros, asesora de carrera, publicó en su perfil, una reflexión sobre la verborrea en las entrevistas.
Liz Guarneros participó en uno de nuestros webinars y nos dio consejos sobre cómo elegir la mejor empresa para trabajar. Podés ver de nuevo el video aquí.
Ante una cita con un reclutador, es importante tener una actitud positiva. Sin embargo, antes de asistir, debés haber hecho un trabajo previo para no hablar de más, ya que eso puede ser contraproducente; sobre todo, cuando intentamos explicar ciertos aspectos o usamos el diálogo para reflexionar sobre otras competencias laborales.
Para poner fin a este vicio, en el caso de que lo tengas, debés pensar en la entrevista como una cita; es decir, un encuentro donde cada parte expone lo mejor de sí mismo, pero tiene en cuenta sus prioridades.
Se trata de conocerse mutuamente, de saber si la empresa será una buena decisión para el candidato y viceversa.
Aunque el reclutador sea muy amigable, no es tu amigo; y puede ser que sentirse extremadamente cómodo te haga caer en la trampa de la sobrehonestidad; y eso lleve irremediablemente, al sincericidio.
5 consejos para sobrevivir a la entrevista
1. Reflexioná la respuesta. Es necesario que no respondas demasiado rápido, que pienses bien qué deseás comunicar y des una respuesta estructurada.
2. ¿Cuál es el objetivo de la pregunta? Cuando un reclutador hace una pregunta, tiene un objetivo. Por lo tanto, es vital que prestes atención al objetivo para responder acorde a esa necesidad. Es algo parecido a cuando el profesor te restaba puntos en tu examen por escribir todo lo que sabías, pero no respondías lo que preguntaba específicamente.
3. Es necesario centrar las respuestas en el área profesional. Muchas veces, el error es convertirlo en algo personal. La entrevista de trabajo tiene que ver con el empleo y tu formación. Poné foco en esas áreas y dejá de lado la parte personal.
4. Da ejemplos detallados cuando te pregunten sobre ellos. Si podés aportar datos, aún mejor; pero no te extiendas demasiado. Dar ejemplos es una forma de certificar que no estás mintiendo. No obstante, hablar de más puede parecer una exageración o que es el único logro que has alcanzado.
5. Sin críticas. Otro de los consejos que te podemos dar es que hablar en exceso puede llevarte a criticar a anteriores empresas o jefes. Las críticas nos hacen vulnerables, así que siempre es mejor mostrar la parte positiva.
Cómo prepararse para la entrevista
Una vez interiorizados todos estos consejos, es necesario prepararse bien para la entrevista de trabajo.
Queremos quitarle un poco de presión. Sin embargo, no deja de ser una prueba, un diálogo donde ambas partes evalúan y eligen o no al otro. Sí, como candidato, también podés decidir si esa empresa es buena para vos.
Es central que realices ejercicios respiratorios para indicarle a tu cuerpo que no hay ninguna situación estresante. Estos ejercicios pueden ser asimismo útiles ante situaciones de estrés o presión. Pensá que estás entrenando tu cuerpo para el próximo empleo.
Cuando te planteás una búsqueda de trabajo, es esencial reflexionar sobre las experiencias anteriores y los pasos que has dado en tu carrera, aunque aún no hayas tenido tu primer empleo.
Esa reflexión te permitirá estructurar tu discurso, tener en mente qué querés contar y cómo hacerlo.
Aquí, van algunos consejos adicionales para tener en cuenta:
- Sé previsor: prepara la entrevista, pensá en qué preguntas te pueden hacer y qué deseás responder. Añadí preguntas difíciles a esos ensayos para que no te tomen desprevenido.
- Informate sobre la empresa, el sector, sus mensajes y canales de comunicación; y revisá la opinión que tienen sus propios colaboradores. Elaborá preguntas para demostrar que estás comprometido con el objetivo de la empresa, más allá de tu puesto.
- Las muletillas, a la hora de hablar, pueden darse de forma natural, y te proporcionan un breve espacio de tiempo para pensar cómo seguir. De todos modos, es imprescindible controlarlas en la entrevista. No es que estén prohibidas, pero un excesivo uso de estas puede afectar negativamente tu imagen.
- No divagues. Si antes comentábamos que a veces, hablamos de más, divagar se convierte en la forma más común de hablar sin decir nada. Intentá centrarte en la respuesta, en el mensaje en sí. Las respuestas claras son la mejor opción.
- Sé sincero. Es importante decir siempre la verdad. Empero, hay una gran diferencia entre la sinceridad y el “sincericidio”. Este último término implica usar la verdad como arma legítima, al ampararse en su valor y sin realizar un análisis del motivo que nos lleva a ello o del impacto que puede tener.
- Hablá de forma pausada y transmití tranquilidad. No te aceleres y usá esos ejercicios de respiración para poder hablar de forma pausada y fluida. El nerviosismo también se transmite en el ritmo del habla.
- Lenguaje no verbal. El cuerpo da información. Por eso, se vuelve imprescindible revisar qué dice tu cuerpo y si acompaña el mensaje o no. Si sos sincero, no debés preocuparte en lo que transmite. No olvides utilizar los gestos para reforzar el mensaje.
- Educación, ante todo. Como siempre, es fundamental demostrar respeto y educación frente a cualquier persona y situación.
Si querés más información sobre cómo enfrentarte a una entrevista laboral, no te pierdas los consejos que hemos ido recopilando en nuestras capacitaciones. Podés revisarlas aquí.
¿Cuál considerás que es tu mayor error en las entrevistas? Dejanos tus comentarios; y en próximos artículos, intentaremos darles respuesta.